Datos personales
- Desarrollo Psicológico I
- Por:Barajas Pérez Nancy, Gutiérrez Nájera Bárbara Erandy, Torres Sánchez Erika
INTRODUCCIÓN
05 marzo, 2009
ETAPAS DEL PARTO
PRIMERA ETAPA
· Fase Temprana: Esta fase, que puede ser la más larga de su parto, se caracteriza por contracciones lentas, constantes y suaves que duran de 30 a 60 segundos cada una y ocurren con una frecuencia que puede ir desde los 5 minutos hasta los 30 entre una y otra. Durante esta fase el cuello se adelgaza y dilata entre 2 y 5 centímetros. La cabeza del bebé baja más dentro de su pelvis. Esta etapa tiene una duración promedio de 8 horas para mamás primerizas, pero puede ser significativamente más corta o más larga.
· Fase Activa: Sus contracciones serán más fuertes, con menos espaciamiento entre una y otra (cada 3 a 5 minutos) y con una duración mayor cada una (de 45 a 60 segundos). El cuello se adelgaza por completo y se dilata entre los 5 y los 8 centímetros, lo cual permite que la cabeza del bebé descienda aún más. Podría sentir una sensación de dolor en el recto a causa de la presión que ejerce la cabeza de su bebé, así como malestar en sus piernas. En promedio, esta fase dura entre 3 y 4 horas para la mamá primeriza.Fase de transición: es la más corta pero también la más intensa de su parto. Podría experimentar una combinación de algunos síntomas como náuseas, vómito, temblores, irritabilidad, dolor de espalda, sudoración y fríos. Tendrá contracciones fuertes, posiblemente con picos alternados, con intervalos de 1 a 3 minutos y con una duración de 60 a 90 segundos. El cuello terminará de dilatarse por completo, y la cabeza del bebé empezará a moverse hacia abajo a través del canal de nacimiento. Esta etapa podría durar entre 15 y 90 minutos o aún más.
SEGUNDA ETAPA
TERCERA ETAPA (Final)
LOS DIFERENTES TIPOS DE PARTO
EL PARTO NATURAL
Se desarrolló en 1914 por un ginecólogo inglés llamado Grantley Dick-Read. Trata de reducir el dolor de la madre disminuyendo su miedo a través de la educación sobre el parto y enseñándole métodos de respiración y técnicas de relajación durante éste. Dick-Read creía también que la relación del médico con la madre es un factor importante para reducir su percepción del dolor. Opinaba que el médico debía estar presente durante las horas anteriores al parto y debía proporcionar seguridad (Santrock,2006).
Existen varias técnicas de parto cuya función es la de acelerarlo cuando es necesario, anular la percepción del dolor, o bien, en el caso de la cesárea, hacer que el niño nazca por una vía alternativa a la vaginal.
- El parto sin dolor y provocado:
Estas dos técnicas tienen el objetivo de acelerar los tiempos del parto. Si bien no se trata de técnicas peligrosas, son realizadas con la máxima atención por parte del ginecólogo. El riesgo es el de provocar contracciones excesivas, que a su vez pueden conducir al sufrimiento fetal. Cuando el útero presenta cicatrices debidas a una cesárea anterior o a otras intervenciones, el riesgo aumenta y la vigilancia debe ser continua.
Los pros:
• El trabajo del parto se acorta, por lo cual se sufre durante un período más breve. • Es posible establecer con anticipación el día del parto.
Los contras:
• Las contracciones son más fuertes y, en consecuencia, más dolorosas.
• El parto no sigue su curso natural.
• Se precisa un control médico continuo y más riguroso, por lo que la madre está obligada a permanecer en la cama durante toda la duración de la fase de dilatación y a ser monitorizada para controlar las contracciones y el ritmo cardíaco del feto.
El parto inducido
En ausencia total de contracciones, el parto puede ser inducido artificialmente mediante el uso de medicamentos que provocan las contracciones y que se introducen en la vagina en forma de gel o de sonda.
Es necesario cuando:
• La gestante sufre enfermedades que pueden repercutir en la funcionalidad de la placenta, como es el caso de la hipertensión, las enfermedades renales, etc., o bien en el caso de gestosis o diabetes, siempre y cuando no exista sufrimiento fetal (en tal caso debe recurrirse a la cesárea).
• Antes del término del embarazo, se advierte a través de una ecografía, una reducción de la cantidad de líquido amniótico.
• Alrededor de la semana número treinta y dos, se observa que el feto ya ha crecido bastante y corre el riesgo de ser demasiado grande al término del embarazo.
• A pesar de haber transcurrido 24-48 horas desde la rotura de la bolsa amniótica, el parto no comienza espontáneamente.
• La gestación se prolonga más de 42 semanas.
EL PARTO CONTROLADO
Si el trabajo del parto comienza espontáneamente, pero las contracciones no se suceden a un ritmo regular, o bien son demasiado débiles, es posible controlar el parto, es decir, modificar su curso con medicamentos que refuerzan y facilitan las contracciones. El fármaco se suministra por vía intravenosa.
Está indicado cuando:
• El trabajo se prolonga excesivamente y la parturienta se queda sin fuerzas.
• El útero agota su capacidad para contraerse.
Para aliviar el dolor del parto puede utilizarse anestesia general, local o regional. La anestesia general afecta al cuerpo actuando sobre todo el sistema nervioso, puede hacer más lento o incluso detener el trabajo de parto y disminuir la presión sanguínea de la madre, cruza la barrera placentaria y afecta también al feto, reduciendo las respuestas del recién nacido (Rice, 1997).
La anestesia local o regional bloquea el dolor en áreas específicas y algunos anestésicos tienen un efecto mínimo sobre el bebé.
La anestesia permite un parto prácticamente indoloro, con la participación activa de la madre en el nacimiento del niño. Estas técnicas pueden utilizarse tanto durante el trabajo de un parto vaginal como en el caso del parto por cesárea, en lugar de una anestesia general. Requieren la intervención de un anestesista y se puede recurrir a ellas en caso de necesidad, o si han sido programadas con antelación.
ANESTESIA EPIDURIAL
Consiste en la inyección de analgésico en la zona lumbar de la columna vertebral. A veces, se realiza inyectando una única dosis de analgésico, en cuyo caso el efecto tendrá una duración limitada, pero normalmente se utiliza la técnica de anestesia a través de un catéter, que permite dosificar mejor el fármaco diluyéndolo, de manera que el dolor queda atenuado durante todo el parto.
Efectos:
Entumece de manera efectiva el área alrededor del perineo, parte baja del útero y del vientre a las rodillas. Puede ocasionar convulsiones y grave caída de la presión sanguínea de la madre. Puede requerir el uso de forceps. Se utiliza frecuentemente para operaciones cesáreas (Rice, 1997).
ANESTESIA ESPINAL
En este caso, la anestesia también se inyecta en la columna vertebral, entre las dos vértebras lumbares pero más profundamente. No obstante, esta técnica, dado que puede bloquear las contracciones uterinas, prácticamente no se utiliza para el parto vaginal, pero sí en el parto por cesárea.
Efectos:
Se utiliza durante el parto para anestesiar toda el área del nacimiento del abdomen a los pies. Puede interrumpir el trabajo de parto y las funciones motoras. Requiere el uso de fórceps. Generalmente no afecta al infante a menos que se administre mal; puede producir insuficiencias cardiacas y respiratorias e incluso la muerte (Rice, 1997).
LA CESAREA
Consiste en el nacimiento del niño no por vía vaginal, sino a través de una incisión quirúrgica en las paredes del abdomen y en el útero.
Está indicada cuando:
• En presencia de una desproporción entre el feto y la pelvis de la madre (la madre, por estatura o constitución tiene una pelvis estrecha, desproporcionada con respecto al cuerpo del niño, o simplemente el feto es muy grande). En este caso, un parto vaginal podría provocar sufrimiento al bebé y lesiones a la madre.
• La madre es primeriza y el pequeño se presenta en posición podálica. En este caso, la decisión de intervenir con una cesárea puede dejarse para el último momento. • En los casos de presentación anómala del feto.
• El embarazo es gemelar y los fetos se obstaculizan entre ellos.
• Cuando algunas complicaciones del embarazo aconsejan el adelanto del parto.
• Existe una anomalía en la posición de la placenta que, si se produjese el parto natural, podría dar lugar a un desprendimiento precoz de la misma.
• En presencia de obstáculos "físicos" en el canal del parto (por ejemplo, un fibroma).
• Sufrimiento fetal durante el trabajo del parto que hace necesario que el niño nazca con urgencia.
• El cuello del útero no se dilata lo suficiente a pesar de la validez de las contracciones.
• La madre ya ha tenido dos o más hijos a través de una cesárea.
La cesárea puede llevarse a cabo con anestesia general, si bien existen técnicas de anestesia más ligeras. De todos modos, la general no entraña ningún peligro para el niño, puesto que la intervención es breve y la dosis de anestesia es pequeña. Los recién nacidos se resienten poco de la anestesia, como máximo están un poco más "adormilados" que los otros porque no han tenido que sufrir el estrés del parto por vía vaginal.
La intervención es breve, sencilla y comporta riesgos reducidos; la incisión en la zona abdominal se realiza en sentido transversal y, después de la intervención, es necesaria una convalescencia de la madre, puesto que se trata de una intervención quirúrgica en toda regla.
Aproximadamente el 70 por ciento de las mujeres que han sufrido una cesárea pueden dar a luz a un segundo hijo por vía vaginal. No obstante, esto será imposible en el caso de que se vuelvan a dar las mismas condiciones que habían determinado la cesárea anterior, o bien en el caso de que la cicatriz del útero no sea lo bastante fuerte como para soportar sin problemas las contracciones uterinas.